mi reino por un bidet

hace un mes que tenemos el baño en penitencia. parece que el pobrecito, sin quererlo, le hacia cosas malas al techo del edificio vecino y molestaba de más al techo del baño de la vecina de abajo. ella fue quien un día nos dijo que lo dejáramos en penitencia. que le llovía todo y que no lo usáramos más. de ahí en más no fue ni usado para lavarnos las manos.
en remplazo surgió de las cenizas como el ave fenix, el bañochiquitodellavadero. ese que nadie usaba. solo maru de vez en cuando porque le queda cerca de su cuarto. pero las vistas, de ninguna manera, iban a hacer pipi a ese que estaba muy lejos.
resulta que no solo lo tuvimos que empezar a usar para hacer uno y dos sino que también para bañarnos lo cual nos trajo, como no podía ser de otra manera, más problemas que soluciones. es tan chiquito que el agua de la ducha mojaba la lamparita. logico, nos quedamos sin lamparita, sin luz y con el miedo de la electrocutación no ocurrida pero posible. nos bañamos a oscuras, hacemos pis a oscuras y nos lavamos los dientes y las manos a oscuras. una divinura.
mientras nos adaptabamos a lo inadaptable nos quejabamos en la administración y exijíamos un plomero. plomero que, un mes después, llegó a nuestro hogar debajo de una campera gigante. jose luis se llama y va a pasar un tiempo largo en casa parece. dice que cada vez que toca un caño, éste tiene el tupé de romperse de lo podrido que está. dice que sólo va a invertir dos días en picar la pared. no sabemos cuando sera el final de la novela. ni en qué estado quedará el baño que tan lindo se veía con sus azulejos de otro tiempo.
quién sabe cómo terminan estas cosas. quizás, unos meses más adelante, pueda contarles.